La
zona noreste del término de Alcollarín es un continuo cambio desde que en
octubre de 2009 se comenzara a construir la Presa de Alcollarín. La transformación más
importante llevada a cabo en las tierras que a lo largo de su dilatada historia
alimentaron a muchas de sus generaciones y que, con el paso del tiempo, la
mayor parte de ellas quedaron abandonadas e improductivas a consecuencia de la
emigración de los años 60 y 70. Que sin embargo ahora, sumergidas bajo las
aguas, siembran la esperanza de convertirse en el revulsivo de un nuevo renacer
para este pequeño pueblo de algo más de 300 habitantes, aunque como en casi
todo, también se alzan voces minoritarias críticas con los cambios.
Pero
no sólo está cambiando la fisionomía del término municipal aguas arriba del
muro de hormigón compactado de 625 metros de longitud y 31 de altura, prácticamente
coronado y ya para siempre un símbolo identificativo más de Alcollarín, sino
también la zona aguas abajo, desde la presa hasta el viejo puente de la
carretera comarcal Ex-102 que cruza el pueblo.
Es
aquí donde se concentran la mayor parte de las medidas correctoras y de
protección ambiental en el entorno de la Presa de Alcollarín, aprobadas definitivamente
por la Confederación
Hidrográfica del Guadiana el 2 de diciembre del pasado año y ahora
en plena ebullición, siendo visitadas el pasado 26 de marzo por los directores
técnicos de CHG de la oficina en Don Benito, Gonzalo Soubrier y Fernando
Aranda; el director de obras, Luis Gómez; y el director de seguridad de obras,
Javier Pizarro, quienes bajo planos y a pie de obra explicaron a los ediles del
PP de la corporación municipal, encabezados por su alcalde, Julián Calzas, cómo
quedará definitivamente el entorno, cuya fecha de finalización se estima para
septiembre de este año, y donde ya se ha construido el que será futuro museo
etnológico de la localidad, se ha restaurado el molino harinero que, según
cuenta la historia, mandó construir Diego Pizarro, conde de Torrejón y señor de
Alcollarín, a finales del siglo XV o principios del XVI.
A
lo que se añadirá la construcción de un merendero. Aparcamientos. El
acondicionamiento y ampliación del Parque de la Cruz del Río, incluido el parque infantil,
sustituyéndose el mobiliario de juegos actual por otro más acorde con el
entorno y cumpliendo la normativa vigente en seguridad para los pequeños. Varias
sendas peatonales para paseos con sus respectivas pasarelas, dos de hormigón y
una de madera. Un carril bici de casi kilómetro y medio. Tres pistas
deportivas, para pádel, otra multiusos y una con pavimento de tierra destinada
a fútbol-7.
Entre
las medidas correctoras de carácter ambiental, cabe destacar la limpieza y
encauzamiento del río; la poda y desbroce ya realizada o en ejecución del
arbolado existente, a la que se une estos días la repoblación del terreno con
encinas, fresnos y olmos, así como con otros muchos arbustos como jara, tomillo
o lavanda; acondicionamiento de varias charcas y pozos existentes, así como la
construcción de varios montículos artificiales repoblados de arbustos y
matorral.
Aguas
arriba de la presa se está construyendo un chiringuito y los vestuarios de la
que será una futura playa de arena. Aledaño estará un aparcamiento, una amplia
terraza, merendero con barbacoas, embarcadero para pequeñas embarcaciones de
recreo y un mirador desde el que se podrá divisar la práctica totalidad del
embalse. Todas las instalaciones serán accesibles para personas con
discapacidad.
Proyectada
para regular las aportaciones del río Alcollarín y así mejorar las garantías de
los regadíos del Complejo Hidráulico del Canal de las Dehesas, formando parte
del complejo y ambicioso sistema hidráulico de la zona centro de Extremadura, la Presa de Alcollarín, con una
capacidad máxima de 51,64 hm3, también se proyecta como zona de recreo y
esparcimiento para toda su comarca, siendo la pesca deportiva otro de sus
alicientes, teniendo programada la suelta de ejemplares de pesca autóctona,
principalmente barbos y bogas por su mejor competencia con especies invasoras,
a las que previamente se pretende eliminar en lo posible.
Dentro
de las acciones medioambientales, destacar igualmente la construcción de dos
islas artificiales a fin de crear hábitats para el establecimiento de una
comunidad ornítica en el embalse; así como posaderos y anidamientos artificiales.
Alcollarín
vive estos días su pequeña gran transformación, a la que próximamente se unirá
la restauración de su edificio más emblemático, el Palacio Pizarro-Carvajal, casa
del mencionado Diego Pizarro, hermano del conquistador Francisco Pizarro. Enmarcado
también en el entorno del parque periurbano de la presa, fue incluido en los
planes bienales de la
Diputación de Cáceres, con una dotación para este año de 98.600
euros, para lo cual ya se están realizando los proyectos a cargo del personal
competente.
Edición en el Periódoco Extremadura: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/provinciacaceres/presa-concluira-otono-zona-tendra-dotaciones-recreo_796629.html